He releido el tono de mis últimas anotaciones en el Blog y el tono de las mismas me preocupa. La verdad es que no suelo ser una persona que se queje ni proteste demasiado pero si me paro a pensar llevo un año con bastantes altibajos, primero de salud, familiares y ahora el curro. Parece que ésto está temblando, me refiero a mi empresa, donde llevo más de 10 años ya. Parece ser que la crisis esa que dicen que hay por ahí, nos ha pegado de lleno y el ambiente aquí se está enrareciendo. Además tengo un proyecto atascado que no se si voy a sacarlo adelante porque mi jefe no suelta ni un duro. El marrón para Josele, esto es injusto y vuelvo a pensar en coger a mi familia y largarme de aquí a criar lechugas en un entorno más agradable que éste en el que vivimos. Estoy de verdad agobiado.
Por suerte tengo a mis niños y mi pena es no poderlos atender como se merece. A lo mejor vale la pena que todo se vaya al carajo, al menos podría llevarlos al cole, al parque, jugar con ellos ...
Quería contaros un par de vivencias con mi primo Paco y el balón cuando éramos chicos en el pueblo.
Delante de la casa de mi abuela hay un paseo, a la izquierda está la iglesia. Teníamos 12 o 13 años pero yo me ponía en la puerta de la iglesia y mi primo se ponía en la puerta de la Molienda de casa de mi abuela. Hay unos 50 o 60 metros. En esa época pasaban pocos coches o motos y menos gente con lo que empezábamos a pasarnos la pelota a patadas. En una de aquellas a mi primo se le fue la patada y el balón impactó en la chimenea de la casa que está al lado de mi abuela o casa de Jariche que justo en ese momento estában construyendo los albañiles. El resultado fue que la chimenea en construcción se cayo. Nosotros nos partíamos de la risa hasta que nos agarró mi abuela como siempre.
En otra ocasión nos poníamos uno en el corral y otro en la calle y lo mismo, nos pasábamos la pelota por encima del tejado con tal mala suerte que en una de aquellas el balón impactó en unos cables de la luz y se juntaron dos cables, pegó un chispazo y todo en todo el pueblo hubo un apagón por culpa del balonazo.
Por último, se que algunos recibís lo que escribo, no sé que narices he hecho para que sea así, lo voy a mirar cuando pueda porque debe de ser algo de la configuración de la web que desconozco. En cualquier caso espero no molestaros demasiado con mis tonterías.
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Ya hemos descubierto porque a Paco lo llamaban "rastañina" (o algo parecido, no me acuerdo muy bien). Vaya polvorillas.
ResponderEliminarTampoco hay que agobiarse por las malas rachas (o muy malas rachas). Si algo he aprendido, es que pasan...para luego volver... y otra vez volver a empezar. Aunque ahora te veas agobiado, esto se supera. Lo sé porque ya lo hemos hecho antes. Siembre tenemos problemas y siempre hemos salido de ellos. Quizás pienses que no eran problemas como los de ahora. Pero, amigo mío, entonces también nos parecían insuperables.... que si no encontraré un trabajo acorde con mis estudios, que si tal chica no me hace caso, etc. Auténticos dramas (pensábamos que lo eran por entonces) que hemos dejado atrás con mayor o menor fortuna.
Todo este rollo se resume en que no te preocupes, y disfruta de lo que tienes, que, compartirás mi opinión, es un tesoro mayor que el Dorado. No dejes que cosas superfluas como trabajo por cuenta ajena, hipotecas, coches y demás desvíen tu atención de ello.
Y fíate de mí: lo mejor está por llegar......
Hola Jose, le doy toda la razón al señor anónimo. perdemos mucho tiempo dandole importancia a cosas que no se lo merecen. y que necesitamos para dedicarselo a lo que realmente importa: familia, amigos.... en fin!!
ResponderEliminarpara disfrtar de lo que tenemos y a pelear por lo que soñamos. un bsote. Miriam