Malgrat la boira cal caminar / A pesar de la niebla hay que seguir andando
On peut faire des années sans perfre son bouquet / Se pueden hacer años sin perder su sabor------------------------------------
Son un par de frases chorras, pero que llevo siempre en mi mente, vaya donde vaya. Ahora a mis dos perlas, Jose Luis y Anna, les intento transmitir valores, mis valores, los que aprendí de mis padres, de mis abuelos.
Mi padre siempre me decía, Dicen que la patria es mi bandera, la patria son mis hermanos que labra la tierra.
Puede sonar cursi, pero en la vida se sube, se baja, se gira, te dan la vuelta y hay que seguir adelante, pase lo que pase. Hay que saber tender la mano a quien la necesite y compartir penas y alegrías.
Esta entrada es la primera de una serie donde voy a contar algunos de los que para mi han sido los momentos más impactantes de mi vida. Son esos hechos o acontecimientos que van forjándote como persona, como la persona que soy en la actualidad.
11 de Marzo de 2004
Aquellos días estaba trabajando en Madrid, en concreto nuestro hotel estaba en Alcobendas. Recuerdo que era un hotelazo con piscina en la azotea y varios lujos que me llamó la atención.
El 10 de Marzo tuve que ir con mi compañero Raúl a diferentes sitios, nos moviamos en metro ya que por donde nos movemos en Madrid nos viene bastante bien. El caso es que ese día, Raúl me dijo, no he visto nunca la nieve. Ya ves lo cerca que se ve en la Sierra.
Como habíamos estado trabajando todo el día, le propuse que por la mañana del 11 de Marzo, nos levantaríamos temprano e iríamos a desayunar al puerto de Navacerrada.
Al día siguiente, nos levantamos pronto, todavía no despuntaba el alba. Yo creo que ni siquiera me duché. Enfilamos la carretera de Colmenar hacia la Sierra. La verdad es que tardamos más de lo que pensábamos en un principio. El termómetro en la cima marcaba -2 grados. Nosotros dejamos el coche en el aparcamiento de las pistas de esquí y ni cortos ni perezosos nos fuimos a tocar la nieve. Nos revolcamos por la nieve, nos tiramos varios pelotazos, nos lo estábamos pasando pipa, la verdad. En un café cercano, desayunamos ignorantes de lo que estaba sucediendo en Madrid. El caso es que a la salida del café vimos unos guardia civiles que se habían apostado en el Puerto de Navacerrada pero nosotros a lo nuestro, continuamos chafando la nieve, intenté hacer un muñeco, sin éxito porque se me congelaron las manos.
Hacia las 8:30 recibimos una llamada, creo que fue la madre de Raúl, le preguntó algo así como si estábamos bien, después de lo que había pasado, nos extrañamos mucho, le dijimos que sí. Luego me llamó mi madre, mi novia entonces. Nos hicieron saber lo de los atentados. Nos dió un poco de pavor con lo que cogimos el coche para bajar al hotel. Recibimos una llamada del trabajo, no quisimos decirles donde estábamos por miedo a represalias.
El caso es que pusimos la radio y las cifras de muertos iban in crescendo. Al bajar a Madrid vimos el follón de ambulancias por la carretera de Fuencarral. Nosotros aun así nos dirigimos a Grupo SP donde estábamos montando un gran Call Center y nos metimos a trabajar en nuestro cubículo. Todavía no éramos del todo conscientes de lo que estaba sucediendo a pocos kilómetros. Tampoco de que nosotros mismos éramos usuarios habituales del metro con lo que nos podía haber pasado a cualquiera.
Estando en nuestro cubículo trabajando, vimos entrar a la chica de recepción a la que conocíamos, extrajo un micrófono de un armario y detrás llegó el super jefazo de la empresa donde estábamos. Nostros nos quedamos extrañados.
El hombre dio un mensaje por la megafonía de la empresa a todos los trabajadores, en dicho mensaje pidió tranquilidad a toda la plantilla y comentó que habían llegado todos los trabajadores menos creo que 2 o 3 personas a las que se estaba intentando localizar.
Fué un momento dantesco, ahí decidí que lo mejor era salir pitando a Valencia. Me excusé ante la gente de Grupo SP y fuimos al hotel a por la ropa y nos marchamos.
Madrid estaba colapsado. Cogimos la M40 a la altura de Fuencarral en dirección a Valencia. Era en torno a las 13:30h y estaba completamente colapsada. Lo más impresionante era ver la gran cantidad de ambulancias que iban (la gente les dejaba un carril de la autopista) y venían por el sentido contrario. Era brutal. Tardamos mucho en llegar a la carretera de Valencia, no sabría decir cuanto pero quizá más de 1 hora y media. A la altura del barrio de Santa Eugenia, yo iba conduciendo pero giré la cabeza a la derecha y pude ver el infierno. La marcha era lenta y pudimos ver en directo una de las imágenes que días, semanas y años más tarde quedarían grabadas en las retinas de todos a través de los medios de comunicación.
El tren aparecía detenido en la estación y al menos pude ver que estaba reventado por 3 sitios y el tragín de los que se supone era personal sanitario atendiendo a la gente.
Esa imagen para mi ha sido la más impactante de toda mi vida. Me quedé mudo y sordo.
Mi compañero Raúl estaba conmigo y lo vimos.
sábado, 4 de abril de 2009
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A mi colega Jose Luis, sigue así de majete y a ver si nos vemos pronto.
ResponderEliminarJordi